La piel es el órgano más grande del cuerpo. Es nuestro escudo protector contra el exterior y el reflejo de nuestro interior. Con el paso del tiempo se ha probado que el deterioro de la piel, así como las enfermedades relacionadas a ella, ha incrementado y se ha comenzado a notar desde una edad mucho más temprana que hace algunos años. Esto es completamente normal que suceda de una generación a otra, pues los hábitos, el ambiente y la vida cotidiana en general está constantemente cambiando y esto siempre se va a reflejar en nuestro cuerpo.
Empecemos hablando del interior hacia el exterior. La comida del siglo XXI está hecha para eficientar procesos, desde su cosecha hasta su consumo. Los embutidos, el concepto de comida rápida, los vegetales tamaño jumbo y la comida congelada han facilitado y vuelto muy atractivo un estilo de vida en donde todo es más sencillo y más rápido. Sin embargo, toda esa comida tiene en común una cantidad de conservadores y grasas saturadas que nuestro cuerpo claramente resiente. Esto se refleja en el elevado porcentaje de obesidad infantil que hay, pero sobre todo, si has comido durante un periodo largo este tipo de comida recordarás que tu piel también te lo recuerda. El consumo de comida chatarra y de exceso de grasas saturadas puede incrementar la producción de sebo y hacer tu piel más propensa a brotes de granitos. Ojo, tu piel produce grasa y la necesita para estar sana y los brotes no se deben solamente a lo que consumes de comida, pero como todo en la vida, si lo haces en exceso habrá consecuencias. Tampoco significa que la comida de “antes” era más sana o mejor que la de ahora, simplemente existen nuevas fórmulas que requieren nuevas medidas de cuidado.
Pasando al factor exterior, no es ningún secreto que en el último siglo la contaminación ha ido creciendo de manera exponencial año tras año. La producción masiva de productos ha generado una cantidad de basura nunca antes imaginada y las toxinas expulsadas por las fábricas e incluso algunos productos han ido dañando la capa de ozono, volviéndonos mucho más vulnerables ante la radiación. Por eso predicamos en Envera el uso del protector solar como una necesidad diaria. La exposición a los rayos UV incrementa la posibilidad de tener cáncer de piel y es algo que puedes prevenir. Visita nuestra entrada ¡¿Rayos UVC?! Conoce todo sobre la radiación ultravioleta y los tipos de etiquetado de tu Protector Solar para conocer más acerca del tema y entenderlo más a profundidad.
Por otro lado, la llegada de la tecnología nos agarró en curva a todxs, y consigo trajo nuevos padecimientos como el Tech Neck, algo que nuestrxs abuelxs jamás imaginaron. En Envera nos preocupamos por combatir aquello que nos expone al envejecimiento temprano, por eso tenemos nuestro Kit Edad que contiene productos con activos que retrasan o frenan esos procesos.
No compares tu piel con generaciones anteriores. Hoy estamos expuestos a miles de cosas nuevas y seguirán cambiando con el paso del tiempo. Lo importante es adecuar los cuidados de la piel al ahora y protegerla de problemas actuales.
