Contexto y relevancia clínica en México
El cáncer de piel ha dejado de ser una preocupación exclusiva de países con población caucásica. En México, su incidencia está aumentando de forma progresiva, especialmente en adultos mayores. Si bien históricamente se ha prestado mayor atención a otras patologías dermatológicas, los nuevos estudios clínicos demuestran una realidad alarmante: la exposición crónica al sol, los cambios en los hábitos de vida y el envejecimiento poblacional están generando un aumento notable en casos de carcinoma basocelular, epidermoide y melanoma, incluso en personas con fototipos más oscuros.
Esta tendencia tiene implicaciones clínicas directas. Desde el enfoque de atención primaria hasta los protocolos quirúrgicos, el abordaje del cáncer de piel requiere datos actualizados y específicos del entorno mexicano, especialmente en regiones de alta radiación solar como el norte del país o las altitudes medias y altas como la CDMX.
OBJETIVO: Caracterizar la epidemiología del cáncer de piel en un hospital de segundo nivel del noreste de México.
Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo... con pacientes diagnosticados entre 2019 y 2021.
Este artículo sintetiza los hallazgos más relevantes de estudios recientes, como el realizado en un centro hospitalario del noreste del país, e integra la experiencia clínica directa para ofrecer recomendaciones útiles a dermatólogos, médicos generales y responsables de salud pública.
Epidemiología reciente: datos del estudio hospitalario (2019‑2021)
Un estudio observacional realizado en el noreste de México entre enero de 2019 y diciembre de 2021, analizó los casos de cáncer de piel en un hospital de segundo nivel. Se seleccionaron 89 pacientes, casi por igual entre hombres (42) y mujeres (47), con una edad promedio de 70 años (RIC: 62.7–70.1). Los resultados obtenidos aportan datos valiosos para el diagnóstico clínico:
- Tipo más frecuente: carcinoma basocelular (72.2%)
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Tiempo de evolución promedio: 24 meses
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Tamaño medio de lesiones: 12 mm (RIC 14.2–21.4)
- Ubicación predominante: cabeza y cuello (76.1%)
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Lesiones únicas: mayoría de los casos
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Lesiones precancerosas más frecuentes: queratosis actínica
Estos datos validan la percepción clínica de que los tumores cutáneos en México suelen llegar en etapas avanzadas, con crecimiento prolongado y en zonas altamente visibles.
“El tipo de cáncer más frecuente fue el basocelular, principalmente en pacientes de 70 a 79 años, localizados en la cabeza y el cuello...”
Este tipo de estudios son clave para definir estrategias de prevención, detección y manejo clínico adaptadas a la realidad local.
Tipos de cáncer de piel: basocelular, epidermoide y melanoma
El estudio hospitalario confirma lo que se ha observado en otros entornos mexicanos: el carcinoma basocelular (CBC) es el más común, seguido por el carcinoma epidermoide (CEC) y, en menor proporción, el melanoma.
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Carcinoma Basocelular (72.2%): crecimiento lento, baja metastatización pero alta agresividad local. Subtipo nodular (55.1%) predominante.
- Carcinoma Epidermoide (CEC): más invasivo que el CBC, con metástasis regional si no se trata a tiempo. 75% moderadamente diferenciado.
- Melanoma: poco frecuente pero extremadamente agresivo. Subtipo lentigo maligno en 66.6% de los casos.
El melanoma representa menos del 10% de los cánceres de piel, pero es responsable del 80% de las muertes relacionadas con esta enfermedad, según cifras del IMSS. Su detección oportuna es una prioridad absoluta.
Zonas afectadas: foco en cabeza y cuello
Una constante en los estudios mexicanos es la localización predominante de los tumores en zonas expuestas: frente, nariz, pabellones auriculares, cuello y cuero cabelludo. En el estudio hospitalario, el 76.1% de los casos estaban localizados en cabeza y cuello.
Esto tiene implicaciones clínicas importantes:
- Son zonas anatómicamente complejas, donde la cirugía puede afectar funcionalidad y estética.
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El retardo en el diagnóstico conlleva mayores complicaciones reconstructivas.
- La radiación solar acumulada en estas regiones es más intensa por su exposición constante.
Desde la consulta médica se debe tener un alto índice de sospecha ante cualquier lesión persistente, pigmentada, ulcerada o que no cicatrice en estas áreas.
Factores de riesgo clínicos y fototipos
El cáncer de piel en México afecta a personas de todos los fototipos, aunque la incidencia es menor en pieles más oscuras. Sin embargo, los casos que se presentan en pacientes de fototipo IV o V tienden a diagnosticarse más tarde y en fases más avanzadas.
Factores de riesgo confirmados:
- Exposición crónica al sol
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Ocupaciones al aire libre (agricultores, obreros, trabajadores del transporte)
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Edad avanzada
- Presencia de lesiones precancerosas (como queratosis actínica)
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Antecedente de radioterapia
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Antecedentes familiares
La educación en torno a fotoprotección, autoexploración y detección temprana sigue siendo deficiente en buena parte del país.
Implicaciones de tiempo de evolución y tamaño de lesión
El estudio reveló que el tiempo medio de evolución de las lesiones fue de 24 meses, lo cual refleja una demora significativa en la atención. Esto puede deberse a:
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Baja percepción de riesgo en la población
- Acceso limitado a dermatología en zonas rurales
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Falsa seguridad por la lentitud de crecimiento de algunas lesiones
- Automedicación o uso de remedios caseros
El tamaño promedio fue de 12 mm, lo que indica que muchas lesiones llegan a consulta cuando ya superan los límites de una resección simple, requiriendo procedimientos más complejos.
Este hallazgo refuerza la necesidad de:
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Capacitar médicos de primer contacto
- Implementar rutas rápidas de derivación
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Priorizar campañas educativas visuales y accesibles
Rol de la precancerosis: queratosis actínica
Una de las conclusiones más claras del estudio fue la alta frecuencia de queratosis actínica (QA) entre los pacientes con cáncer de piel. Esta lesión se identificó como la lesión precancerosa más común, y su detección debe alertar al clínico sobre el potencial desarrollo de carcinoma epidermoide.
Las queratosis actínicas aparecen típicamente en:
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Zonas expuestas al sol: rostro, orejas, calva, dorso de manos
- Personas mayores de 50 años
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Pieles claras, aunque también en fototipos medios en México
Estas lesiones presentan una textura áspera, escamosa o con costra persistente. Aunque algunas pueden involucionar espontáneamente, muchas evolucionan hacia carcinoma epidermoide in situ o invasor.
“Entre las lesiones precancerosas, la más frecuente fue la queratosis actínica.”
Desde la consulta médica, el seguimiento de las QA es fundamental. En muchos casos, pueden tratarse con crioterapia, imiquimod o resección simple si se detectan a tiempo. La omisión o la espera excesiva incrementan el riesgo de complicaciones.
Detección temprana: importancia y herramientas clínicas (IMSS)
El IMSS, como principal institución de salud en México, ha enfatizado en múltiples comunicados la necesidad de:
- Reconocer lesiones pigmentadas irregulares
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Derivar de inmediato casos sospechosos de melanoma o carcinoma epidermoide
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Promover revisiones dermatológicas en adultos mayores
Entre los esfuerzos clínicos impulsados por el IMSS destacan:
- Guías para diferenciar lesiones benignas vs malignas en primer nivel
- Promoción de jornadas de revisión gratuita de piel
- Capacitación sobre el uso del acrónimo ABCDE del melanoma (Asimetría, Bordes, Color, Diámetro, Evolución)
“El melanoma representa el 80% de las muertes por cáncer de piel a pesar de ser el menos frecuente.”
El reto principal sigue siendo lograr que los médicos generales y familiares identifiquen señales tempranas en piel y deriven oportunamente al dermatólogo. Una lesión pigmentada de evolución atípica no debe esperar semanas ni meses para ser evaluada.
Diagnóstico diferencial y seguimiento clínico
El diagnóstico de cáncer de piel no siempre es evidente a simple vista. Algunas lesiones pueden confundirse con:
- Queratosis seborreicas
- Nevos benignos
- Verrugas virales
- Cicatrices traumáticas o postquirúrgicas
Esto exige al médico una evaluación detallada, incluyendo:
- Historia clínica completa (exposición solar, antecedentes familiares)
- Dermatoscopía si está disponible
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Biopsia en lesiones sospechosas o atípicas
Una vez confirmado el diagnóstico, el seguimiento incluye:
- Exámenes dermatológicos periódicos
- Revisión de cicatriz quirúrgica y detección de recurrencias
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Evaluación de nuevas lesiones o cambios en nevos preexistentes
“El tiempo de evolución fue de 24.0 meses... lo que muestra una necesidad urgente de acortar la brecha entre aparición de la lesión y su atención médica.”
Un sistema robusto de seguimiento puede prevenir complicaciones, reducir costos hospitalarios y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Implicaciones prácticas para médicos en consulta
Para los médicos que atienden en primer nivel, algunas recomendaciones prácticas derivadas de estas investigaciones incluyen:
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Examinar siempre rostro, orejas, cuello y cuero cabelludo en pacientes mayores de 60 años
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Preguntar activamente por lesiones cutáneas persistentes (más de 4 semanas)
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Valorar especialmente:
- Lesiones ulceradas
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Costras que no cicatrizan
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Cambios de color o forma en lunares
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Presencia de queratosis actínicas
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Derivar sin demora si hay sospecha de:
- Melanoma
- Carcinoma epidermoide
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Carcinoma basocelular de gran tamaño o en zonas complejas (párpado, nariz, labios)
Capacitarse constantemente en dermatología básica y tener acceso a materiales visuales actualizados puede ser la diferencia entre un diagnóstico temprano o tardío.
Perspectiva institucional y salud pública (IMSS, UNAM)
Los datos de instituciones como el IMSS y la UNAM revelan que México enfrenta una carga creciente de cáncer de piel que aún no está siendo abordada con la urgencia que requiere.
Tanto el sector público como el académico coinciden en:
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Promover políticas de fotoprotección desde edad escolar
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Incluir evaluación dermatológica en el control geriátrico de rutina
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Financiar campañas de detección visual masiva en zonas rurales
- Ampliar el número de dermatólogos en instituciones públicas
- Crear registros nacionales más precisos y actualizados
El registro y seguimiento epidemiológico debe actualizarse para reflejar las realidades regionales. No es lo mismo el perfil de un paciente en Sonora que en Veracruz o Chiapas. Las intervenciones deben ser territorializadas y culturalmente adaptadas.
Conclusión y recomendaciones clínicas para México
Las nuevas investigaciones sobre cáncer de piel en poblaciones mexicanas evidencian que el carcinoma basocelular sigue siendo el más común, con predominancia en adultos mayores y localización en zonas expuestas como la cabeza y el cuello. El tiempo de evolución promedio de las lesiones, de hasta dos años, revela una alarmante demora en el diagnóstico.
“El tipo de cáncer más frecuente fue el basocelular, principalmente en pacientes de 70 a 79 años, localizados en la cabeza y el cuello...”
Desde una perspectiva clínica, esto exige:
✅ Mayor capacitación en primer nivel
✅ Detección temprana mediante protocolos visuales claros
✅ Protocolos ágiles de derivación y biopsia
✅ Educación en protección solar en adultos mayores y trabajadores expuestos
✅ Vigilancia de lesiones precancerosas como la queratosis actínica
Finalmente, el fortalecimiento de las capacidades institucionales (IMSS, UNAM, Secretaría de Salud) debe ir de la mano con campañas comunitarias, inclusión de fotoprotección en salud escolar, y esfuerzos intersectoriales para reducir la carga y letalidad del cáncer de piel en México.